Llamados a dar nuestra vida por el prójimo.

Leer la Palabra de Dios➡ 

Nuestra vida es una bendición y hemos sido llamados para bendecir, es decir para hacer el bien a los demás.  Resuena hoy en nuestra cabeza las palabras que Jesús dice a sus discípulos: “Dadle vosotros de comer”. Una invitación a salir de nuestra comodidad y ponernos al servicio del que lo necesita.

Necesitamos renovar nuestra mente, decía San Pablo a sus contemporáneos. Para ello poner a juicio nuestra manera de pensar y vivir.  Como los discípulos que cogieron el camino más fácil, nosotros muchas veces hacemos lo mismo. Vamos a lo más cómodo y buscamos nuestro propio beneficio. Pero hoy la Palabra de Dios nos interpela. Nos hace encontrar un nuevo camino por el que transitar.

La vida de Jesús ha sido a lo largo de generaciones un ejemplo a seguir. Gracias a la tradición se ha podido transmitir. Este mandato hace lo importante que es celebrar la fe comunitariamente. La Eucaristía se convierte en el referente principal para no olvidar lo fundamental. Hemos sido llamados para dar la vida por los demás a ejemplo de nuestro Señor. Pero. ¿Qué está sucediendo a muchos cristianos que cada vez van menos a misa? La respuesta está en que aporta a la vida. Y es que la eucaristía tiene que estar unida a la vida. Y hoy para muchos la eucaristía no siente que les aporte algo valioso debido a la incoherencia de fe.

Jesús cuando anuncio el Reino puso como norma tener una fe ciega en el Creador. Aquellos que aceptaban el reino y luchaban por el hallaban un manantial de paz y amor traducido en una dicha plena. Por lo tanto, romper con la incoherencia a partir de la renovación de la mente es el primer paso para volver al camino. Vivir como pensamos y ese pensamiento este acorde con la Palabra de Dios.

En esta vida nadie es perfecto, todos tenemos fallos y nos equivocamos muchas veces. Y esto no nos debe desanimar sino poner más la confianza en el Señor y pedirle aquello que nosotros no podemos cambiar. Nadie cambia de la noche a la mañana. Trabajarse todos los días es apostar por dedicar tiempo a la oración, a esforzarnos por salir de nuestro espacio de confort, aprender a racionalizar nuestros pensamientos acordes a la Palabra de Dios… En definitiva, a vivir desde la coherencia.

Comencemos ya desde hoy por este hermoso camino y vivamos según nuestra fe. Una fe basada y fundamentada en una tradición que ha sido transmitida a lo largo de los siglos por mandato de Nuestro Señor.

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