Homilía VIII Domingo del tiempo ordinario
Las palabras han sido creadas para la comunicación. Esa es su función. Por medio de ellas entendernos y sentirnos seguros en el entorno. Ellas llevan muchos significados que animan, alegran, fortalecen, enriquecen… pero también dañan, denigran, hunden… No son ni buenas ni malas sino depende como las utilicemos. Jesús hoy nos habla que surgen del corazón. Por lo tanto, tendremos que analizar como esta nuestro corazón.
Hablar de la palabra “corazón” en la biblia es hablar de lo más íntimo del ser humano. En ese espacio se encuentran los pensamientos y sentimientos que pueden ser buenos o malos. Hagámonos la pregunta ¿Qué albergo en mi interior? Jesús nos invita a que entremos dentro de nosotros mismos, nos analicemos y cambiemos lo malo. Para ello debemos partir de la humildad entendida como aceptación que necesito comprender lo que debo cambiar. Nuestro Señor nos pone el ejemplo de como hay personas que intentan cambiar el mal que ven en los demás, pero no son capaces de ver el suyo propio. Aceptar y reconocer nuestra debilidad es el comienzo para el cambio.
La constancia y la firmeza que nos habla San Pablo nos ayuda también para nuestro propósito. El mismo apóstol ya hablaba que llevamos nuestra fe en vasijas de barro y en cualquier momento se puede romper. De ahí que nuestra debilidad deba ir acompañada de la constancia y la firmeza. Como el buen atleta que si cae se vuelve a levantar hasta llegar a la meta así tiene que ser también nuestro trabajo interior.
Aquellos que entran en este proceso son los que son conscientes lo que significa pasar del hombre viejo al hombre nuevo. Su conversión, pues es de lo que estamos hablando, les hacen comprender que también el cambio se debe gracias a la escucha de la Palabra de Dios que como gota que empapa la tierra la riega y la hace florecer, así sucede en un nuevo corazón.
Estamos a punto de comenzar el tiempo de Cuaresma una oportunidad para vivir este proceso de entrar en nuestro interior y vivir nuestra fe de una manera más viva para llegar a ser un hombre nuevo que esta al servicio del Señor.