TERCER DOMINGO DE PASCUA
1ºLct.: Hechos 5,27b-32: Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo.
Sal.29,2.4.5.6.11.12ª y 13b: Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.
2ªLct.:Apocalipsis 5,11-14: Digno es el Cordero degollado de recibir el poder y la alabanza.
Evangelio: Jn.21,1-19: Jesús se acercó, tomo el pan y se lo dio; lo mismo el pescado
El relato que nos ofrecen los Hechos de los Apóstoles es como una preciosa melodía repetida en la gran Sinfonía en torno a Jesucristo «colgado de un madero y exaltado a la diestra de Dios como “jefe y salvador”. Este es el grito , kerigma o anuncio esencial y vital al que los apóstoles no están dispuestos a renunciar. El nombre de Jesús resulta peligroso y origina persecución pero gozosamente ocupa la mente y la misión de los apóstoles. Y ahora se sienten fortalecidos porque han visto al Señor y son testigos de la _resurrección sienten que en ellos actúa el Espíritu Santo de Dios.Se muestran contentos de haber merecido aquel ultraje por el nombre de Jesús que es “causa de salvación para todos los que crean en Él y en su nombre reciban el bautismo” .Como aquel sacerdote indio que recientemente confesaba agradecer a Jesús pues lo había encontrado digno de sufrir por Él un atentado por parte de aquellos a los que él atendía y hacía el bien.
Y esta acción de Jesucristo crucificado y glorioso es expresión del amor extremo para que Israel se convierta y reciba el perdón de los pecados.
“Sacaste mi vida del abismo”…”cambiaste mi luto en danza” ”te ensalzaré Señor porque me has librado” ”Al atardecer nos visita el llanto y por la mañana el júbilo”.Así canta y se expresa con el salmista el corazón creyente afectado por el misterio de Jesucristo.
El fragmento del libro del Apocalipsis que hemos proclamado expresa este misterio de la resurrección de Jesús con el clamor potente de los bienaventurados: ”Digno es el cordero degollado de recibir el honor, el poder, la gloria y la alabanza y al que se sienta en el trono gloria, honor y alabanza”.He aquí la belleza resumida de la alabanza al esplendor de Jesús resucitado que Juan recibe en esta visión. Esperanza ¡Alegría¡ Esperanza Exultación¡ Asombro¡He aquí el modo pedagógico con el que somos invitados a entrar en la gran alabanza a Jesús resucitado que vive entre nosotros, especialmemnte en este momento de la Eucaristía que estamos celebrando.
Esta melodía sinfónica en torno a Jesús crucificado y glorioso encuentra una concreción y cercanía visible en el primoroso fragmento evangélico que hemos escuchado.
Imaginamos esta fotografía evangélica: Pedro y sus compañeros pescando, pues ese era su oficio.Pero después de estar toda la noche pescando …nada¡¡ .Hasta que desde la orilla un personaje desconocido les insta a echar la red a la derecha y con asombro y admiración ven la redada de peces que tienen en en su favor.
En esa luz del amanecer despierta otra luz en Juan, el discípulo amado que identifica a aquel singular y desconocido personaje pues es Jesús en persona resucitado. ¡Es el Señor¡ le dice a Pedro como cuando entre una multitud anónima descubrimos a una cara conocida y cercana. De ahí el arrebato de Pedro que se lanza al agua por ir hacia Jesús.
“Ninguno se atrevía a preguntarle quién era porque sabían que era Jesús”. ¡Qué finura, qué belleza, qué modo de expresar el evangelio esta manifestación de Jesús resucitado. Y Jesús se acerca toma el pan y el pescado y se ,lo da(La Eucaristía …al fondo… acción de gracias, bendición: tomad y comed, tomad y bebed¡¡).También ahora, como una cantinela, para todos (ellos de modo especial como los apóstoles y nosotros(como creyentes) somos llamados a reconocerlo -como los de Emaús -en la Palabra y en la fracción del pan.También nosotros somos llamados a considerar a Jesús no como un personaje sino como una persona que nos llama a entrar en comunión e intimidad con Él.
El delicioso diálogo entre Jesús y Pedro para confirmarlo como jefe y cabeza de la iglesia salpicado con tres preguntas que implican la dolorosa situación por la que atravesó Pedro , nos acercan ahora a un momeneto de curación interior profunda y liberadora: tú sabes que te quiero.Y Jesús elevando a Pedro lo fortalece aún más : Apacienta mis ovejas¡ …Sígueme¡¡¡
Nos sentimos contentos de ser miembros de la “Iglesia exultante de gozo pues en la resurrección de Cristo nos diste motivo de tanta alegría”. ”Concédenos participar del gozo eterno” «Que tu pueblo exulte siempre al verse renovado y rejuvenecido en el espíritu y que la alegría de haber recobrado la adopción filial afiance su esperanza de resucitar gloriosamente»