TRIGÉSIMO TERCER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
1ªLct.:Dn.12,1-3:Entonces se salvará tu pueblo
Sal.15,5-8.9-10.11:Protégeme ,Dios mío que me refugio en ti
2ªLc.10,11-14.18:Cristo ofreció por los pecados un solos sacrificio.
Evang.:Mc.:13,24-32:Verán venir al Hijo del Hombre
Todos aprendimos en la catequesis o en las clases de formación religiosa el tema de los Novísimos(último, postrero) o postrimerías (período final o último de algo)que se denominan como :muerte, juicio, infierno y gloria.
La verdad es que todos los domingos y solemnidades cuando después de la homilía recitamos el credo o la profesión de fe terminamos confesando: ”creo que desde allí vendrá a juzgar a viviros y muertos”, ”credo en la resurrección de los muertos o de la carne y la vida eterna”
Nuestra Madre la iglesia que a lo largo del año litúrgico nos instruye por la Palabra de Dios sobre los misterios centrales de nuestra fe ahora al terminar este ciclo litúrgico nos orienta con una profusión de textos de la Sagrada Escritura alrededor de este artículo de la fe. Recientemente hemos celebrado dos hermosos y espléndidos recuerdos: Solemnidad de Todos los Santos y Conmemoración de todos los fieles difuntos.
Todos los días las esquelas de los periódicos y otros medios de comunicación y nuestro día a día, nos avisan de la muerte de las personas por edad, enfermedad. Todos podemos apreciar que nos morimos, que nuestro organismo sufre limitaciones, enfermedades que a veces las personas con inteligencia y destreza(los médicos) nos curan pero “nos morimos”, ”estamos transidos por la muerte” .Esto nos conmueve y nos hace pensar ,a veces, lo queremos obviar, negar, ignorar.
Pero nos es necesario pensar, reflexionar, explicar, interpretar este acontecimiento radical, definitivo de nuestra vida de hombres y su “más allá”.
Podemos dejar dinero, fama, hijos, nombre famoso. Pero ¿qué sucede con nuestra persona, nuestro yo, nuestro cuerpo, nuestra alma?
La Palabra de Dios, en el Antiguo Testamento, en tiempos ya avanzados ,fue revelando el destino de los hombres, de la humanidad. Todos recordamos a la valiente madre de los 7 hijos macabeos que por negarse a dar culto a los ídolos sufrieron el martirio con la esperanza de que Dios les daría la razón en la eternidad o el martirio del anciano Eleazar negándose a comer carne prohibida, o la promesa de la inmortalidad a los justos perseguidos en el libro de la Sabiduría o la oración de Judas Macabeo por los caídos en la batalla a los que se encontraron amuletos. Se fue recibiendo la luz de la revelación al más allá donde los buenos serán premiados y los malos castigados.
Así es como hemos proclamado el fragmento del profeta Daniel: ”De los que duermen, muchos serán despertados, unos los despertados, para la vida; otros permanecerán en el polvo, la no-vida, para la ignominia.
Esta luz esplendorosa el creyente la siente prolongada en la confianza de que El Señor “no me entregarás a la muerte, no dejarás a tu siervo conocer la corrupción .”El señor con su amor, su memoria, su presencia, sostiene como un hilo nuestra vida atrayéndolo como uno imán que supera todas nuestras vicisitudes corporales como es la enfermedad y la muerte.
La carta a los Hebreos continúa prolongando esta luz esperanzada de nuestra vida.Jesús quien sacrificado para el perdón de los pecados “Está sentado a la derecha del Padre y espera el tiempo que falta hasta que sus enemigos sean puestos como estrado de sus pies”.Al fondo la 2ª venida de Jesucristo con poder y majestad y el juicio final con la resurrección de los muertos.
Del mismo modo el fragmento del evangelio según S.Marcos , que ha sido proclamado con un lenguaje espectacular, asombroso, terrible de conflagración cósmica nos envía al meollo o asunto principal y esencial: ”El Hijo del Hombre vendrá con poder y Majestad”. El mensaje que el Señor nos envía es aprender a leer ,interpretar como en los fenómenos de la naturaleza, nuestra vida y su desarrollo. Ya nuestra vida es un juicio de amor: “Si crees, verás la gloria de Dios.Yo soy la resurrección y la vida ” ,”todo lo que hicisteis a un pequeño…””si me falta el amor de nada me sirve”. ”El que no cree en el Hijo del Hombre ,el que lo rechaza, ya está condenado” (Jn.3,18).¡Ojalá el infierno sea un ámbito vacío¡ La libertad y la responsabilidad de la persona humana y del creyente pone de relieve la seriedad y densidad de nuestra existencia llamada a la plenitud “sin presunción(“¡el infierno es una broma¡”),ni desesperación(no hay remedio para los pecadores empedernidos”).Por eso “Vigilad y orad para no caer en la tentación”.
Muerte(realdad y acontecimiento implacable),juicio particular al morir(para la vida feliz o la condena),infierno (posibilidad porque el hombre es libre y puede resistirse al amor de Dios) cielo(gloria, plenitud).Y al final de los tiempos 2ª venida gloriosa del señor (“No lo sabe el Hijo del Hombre cuando sucederá) para la resurrección de los muertos.
Una simpática historia narrada por un escritor alemán moderno : Rufus y Rufinus. En todo su tiempo libre no hacían otra cosa que tratar de imaginar y describir cómo sería la vida eterna en la Jerusalén celestial. Rufus, que era capataz, se la imaginaba como una ciudad con puertas de oro, constelada de piedras preciosas; Rufinus que era organista, como toda resonando melodías celestes.
Al final hicieron un pacto: si era como habían pensado, diría simplemente: taliter!, es decir, precisamente así; si —pero la cosa era totalmente imposible— fuera otra cosa, diría: aliter, distinto!
Una tarde, mientras estaba al órgano, el corazón de Rufino se paró. Viendo que calla, es él quien le pregunta, seguro de la respuesta afirmativa: taliter? Es así ¿verdad? Pero el amigo sacude la cabeza en signo negativo. Desesperado, grita: aliter? ¿Es diferente? De nuevo un signo negativo con la cabeza. Y finalmente de los labios cerrados del amigo salen, como en un soplo, dos palabras: Totaliter aliter: ¡Totalmente distinto! ¡Es algo muy diverso! Rufus entiende volando que el cielo es infinitamente más de lo que habían imaginado, que no se puede describir, y poco después muere también él, por el deseo de alcanzarlo .
El hecho, naturalmente, es una leyenda, pero su contenido es al menos bíblico. «El ojo no vio ni oído oyó, ni nunca entró en el corazón de hombre lo que Dios ha preparado para aquellos que lo aman» (cf. 1 Cor 2,9).
¿Qué haremos en la vida eterna? .Brillante S.Agustín,en su libro La Ciudad de Dios, dirá: “Esta vida eterna será nuestro sábado(día del descanso judío), cuyo término no será la tarde, sino el día del Señor, como día octavo eterno, que ha sido consagrado por la resurrección de Cristo, significando el eterno descanso no sólo del espíritu, sino también del cuerpo. Allí descansaremos y contemplaremos, contemplaremos y amaremos, amaremos y alabaremos. He aquí lo que habrá al fin, mas sin fin. Pues ¿qué otro puede ser nuestro fin sino llegar al reino que no tiene fin?
Y también en la Ciudad de Dios exclamará :¿ Cómo serán nuestros cuerpos transfigurados? …cuanto perdieron los cuerpos en vida o en el sepulcro después de la muerte les será restituido, y junto con todo ello lo que quedó en el sepulcro resucitará trocado de la vetustez del cuerpo animal en la novedad del cuerpo espiritual, y todo revestido de incorrupción e inmortalidad”… ”Si puede el artista humano fundir de nuevo una estatua que por cualquier causa había salido deforme y hacerla hermosísima, sin desaparecer nada de la sustancia, sino sólo la fealdad; y si había algo deforme en la primera figura, no conveniente con la proporción de las partes, y puede el artista quitarlo o separarlo de donde lo había puesto, no totalmente, pero sí distribuyéndolo y mezclándolo con el conjunto, evitando la deformidad y conservando la cantidad, ¿qué no habremos de pensar del Artífice omnipotente? (De Civ.Dei,XXII,19,1)
Oramos también en esta Jornada de los pobres
Señor, concédenos vivir alegres en tu servicio, porque en servirte a ti consiste el gozo pleno y verdadero. Que esta ofrenda sea agradable a tus ojos y nos consiga los gozos eternos. Que el memorial que tu Hijo nos mandó celebrar aumente la caridad en todos nosotros
Agradezcamos al Señor el misterio de su Iglesia ,cuerpo de Cristo, que es quien nos dona esta gran noticia, quien nos alienta y acompaña