CUARTO DOMINGO DE CUARESMA
1ªLct.:Josué 5,9ª.10-12:El pueblo de Dios celebra la pascua al entrar en la tierra prometida.
Sal 33,2-3-.4-5.6-7:Gustad y ved qué bueno es el Señor.
2ªLct.:2ªCo 5,17-21:Dios nos ha reconciliado consigo en Cristo
Evangelio: Lc.15,1-3.11-32:Este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido
Aunque de una manera parca y sobria, el fragmento del libro de Josué que ha sido proclamado nos narra que los israelitas celebraron la pascua al amanecer. Prestamos atención a lo que supone para el pueblo de Dios y por ende para nosotros ,lo que es celebrar la Pascua, el paso del Señor. Recordar, hacer memoria, traer al presente la situación dolorosa de Israel, esclavizado en Egipto, liberado por Moisés atravesando el Mar Rojo y viviendo durante cuarenta años en el desierto. En la Pascua judía se recuerda que Dios (Yahvé)ha salvado y liberado a su pueblo con signos prodigiosos y poderosos. En la celebración de la pascua judía un canto hermoso recuerda que una sola acción realizada por Dios en favor de su pueblo “eso nos habría bastado”(Dayenú).
Nuestro sentido de creyentes cristianos hunde sus raíces en la Pascua judía, en el paso del Señor que ahora en nuestra Pascua cristiana ,es el paso de Jesús por la pasión, muerte y resurrección para liberarnos y salvarnos y “ esto nos habría bastado”(dayenú).
Así que hoy también al recordar estos acontecimientos de la Pascua(paso del Señor) recibimos esta invitación del salmista: Gustad y ved qué bueno es el Señor.
S.Pablo prolonga con su reflexión la entraña del misterio de la Pascua, misterio de la salvación del hombre. ”Dios nos reconcilió por medio de Jesucristo y nos encargó el servicio de la reconciliación”.”…sin pedirle cuentas de sus pecados…”Misterio de gracia y misterio de iniquidad, ”misterio de reconciliación”.
Y esta reconciliación con Dios nos lleva a “ser criaturas nuevas” pues lo antiguo(el pecado) ha pasado y comienza algo nuevo. Pero esta sublimidad del paso del Señor muerto y resucitado reconciliando al hombre con Dios creando una nueva vida ¿cómo se expresa, se concreta todavía más?
El evangelio de S.Lucas que siempre nos ofrece parábolas o comparaciones de la vida ordinaria para mostrarnos el rostro misericordioso de Dios nos ofrece esta parábola que tanas veces hemos escuchado y no nos cansamos de escuchar. La parábola del padre bueno y de sus dos hijos. El menor, ávido de vida y libertad, imaginativo y soñador, de nuevas experiencias ensaya un camino con los bienes recibidos de su padre ,emprendiendo un viaje sin ruta y sin destino. Ávido de vida, libertad y alegría emprende el camino fácil del placer y de la diversión. Es como si escuchase la voz de la serpiente: “seréis como dioses”(pero Dios no es capricho,ni autonomía sino relación y comunicación con el Hijo y el Espíritu) o como las stentaciones que recibió Jesús: “te daré los reinos de la tierra” ”convierte estas piedras en pan”.»arrójate desde aquí que no te pasará nada»¡¡¡ y “¡a vivir que son dos días¡”.Pero experimentó los límites de su aventura y entonces comenzó a pensar y a desandar el camino de libertinaje hasta caer en la cuenta y sentir nostalgia “de la casa del padre”, de la familia, del hogar. Por egoísmo( me muero de hambre y “en la casa de mi padre no me pasaría esto)…entra en razón y decide volver al padre bueno que le espera .He aquí la Reconciliación consigo y con el padre(he pecado contra el cielo y contra ti no merezco llamarme hijo pero….) y con la vida entera.
El hijo mayor(el que ha quedado en la casa del padre) al enterase del desenlace de la tragedia de su hermano expresa su mundo interior reprimido(envidia de la aventura de su hermano?)resentido, irreconciliado y también necesitado de la paz del padre(“si todo lo mío es tuyo…¡)
Realmente hoy al escuchar esta parábola nos podría llevar a realizar un ejercicio personal sincero y meditativo. Pienso : ¿qué actitudes, palabras, pensamientos, diálogos habitan en mi interior que reflejan al Padre Misericordioso?¿qué movimientos, anhelos y deseos del hijo menor vitalista y soñador me han visitado alguna vez? Y ¿qué me sugiere la actitud del hijo mayor y cuántas veces ha ocupado mi pensamiento y mi corazón?
“Dejaos reconciliar por Dios en nuestro Señor Jesucristo pues “mi paz os dejo y mi paz os doy”
Señor, que reconcilias a los hombres con la Palabra hecha carne haz que nos apresuremos con fe viva y entrega generosa a celebrar la Pascua. Señor, luz que alumbra, ilumina nuestro espíritu con la claridad de tu gracia para que nuestros pensamientos sean dignos de ti y aprendamos a amarte de todo corazón