Padre Carlos Homilía TRIGÉSIMO DOMINGO ORDINARIO

TRIGÉSIMO DOMINGO ORDINARIO

TRIGÉSIMO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

 

1ªLct.Jeremías 31,7-9:Congregaré a ciegos y cojos

Sal.125,1-2ab.2cd-3.4.-5.6:El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres.

2ªLct.:Hebreos 5,1-6:Tú eres sacerdote eterno según el rito de Melquisedec

Evangelio: Mc.10,46-52:Maestro que pueda ver.

 

Movilizamos nuestra imaginación para apreciar esas palabras del Señor por el profeta Jeremías, que también se actualizan para nosotros, reunidos en el nombre del Señor, en la casa de Dios: ”Gritad de alegría, regocijaos, proclamad, alabad, bendecid al Señor que ha salvado a su pueblo”.

Son palabras que llenas del poder del Espíritu Santo incendian, elevan el ánimo de aquellos (ciegos, cojos, preñadas, paridas, necesitados…) que esperan en el Señor y son “el resto de Israel””Anawin. pobres de Yahvé”.

“Se marcharon llorando, los guiaré entre consuelos” ,”seré un padre para Israel.

Verdad que en ocasiones hemos acudido insípidos, escépticos, fríos” bajos de moral” a la iglesia y “¡sin saber cómo¡ hemos salido fortalecidos.

A veces,en nuestras asambleas damos la impresión de que nos cuesta rezar, contestar  al saludo del sacerdote o a las oraciones que hemos de decir todos juntos, o que nos cuesta cantar(orar dos veces)¡¡¡Naturalmente que el Señor conoce nuestras necesidades y nuestras alabanzas. Pero como dice un Prefacio del tiempo común: ”aunque no necesitas nuestras alabanzas ni nuestras bendiciones te enriquecen, tu inspiras y haces tuya nuestra acción de gracias para que nos sirva de salvación por Cristo Señor nuestro”.

Así que nos conforta y alientan las palabars del salmo “…nos parecía soñar, la boca se nos llenaba de risas, la lengua de cantares¡¡El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres. Cuando una asamblea reza y canta con Espíritu el Señor libera, sana y desencadena una acción maravillosa.

¿Qué es lo que sucede aquí en la eucaristía? Que Jesús el Sumo y eterno sacerdote(según el orden de Melquisedec sacerdote y rey misterioso ,sin principio ni f in, de Salem(Jerusalén) que recibe un diezmo de Abraham y es figura o anticipo de Jesucristo).Jesús,Pontífice ,Mediador entre Dios Padre a quien ofrece su sacrificio ,acoge nuestras dolencias y es nuestro consuelo porque se siente compasivo.

En este tono de alabanza, súplica ardiente ,bendición y alegría espiritual, de anhelo de la presencia gozosa de Dios; acogemos este precioso relato evangélico que acentúa aún  más nuestra esperanza y vigoriza nuestra plegaria.

Jesús está pasando-como ahora entre nosotros-y un ciego Bartimeo(hijo de Timeo) que pide limosna porque es ciego oye el barullo y el ruido de la gente que sigue y rodea a Jesús y él, Bartimeo ,impulsado por la necesidad, comienza a gritar:”¡Hijo de David, ten compasión de mí¡ Como siempre, algunos vergonzosos le regañan: ¡cállate¡,¡déjanos en paz¡ Pero él sigue gritando pues ha oído tantas cosas buenas que hace Jesús…¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mi¡ Y Jesús que ha oído el grito se acerca:¿Qué quieres que haga por ti¡…¡Que pueda ver¡¡Anda tu fe te ha curado¡ Y recobró la vista.

Nos contó el P.Emiliano Tardif que en una de sus misiones en áfrica después de la comunión algunas personas daban testimonio de sus curaciones. Una niña, ciega de nacimiento había recibido la vista y al comenzar a ver decía:¿quién es mi mamá? La mamá que siempre cuidaba de ella  respondía: soy yo. Y al punto exclama la niña:¡qué guapa eres, mamá¡

Jesús continúa sanando física, moral y espiritualmente. También hoy nosotros estamos impulsados a realizar  uno ejercicio de fe: ¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mi…Los cristianos ortodoxos tienen en mucha estima  la “Oración de Jesús” que, durante un tiempo, repiten ininterrumpidamente siguiendo las cuentas de un rosario, para encontrar la hesychía(la paz) del corazón

Dice S.Agustín que la obra mayor del hombre en este mundo es “curar los ojos del corazón para ver a Dios¡ Pues ahora nosotros vamos a hacer la profesión de fe y continuaremos la celebración de la Eucaristía diciendo con el corazón:¡Jesús ,hijo de David,en compasión de mi¡

  Señor aumenta nuestra fe, esperanza y caridad y para conseguir tus promesas concédenos amar tus preceptos .¡Que nuestra celebración sea para tu gloria y tu alabanza. Que un día poseamos plenamente cuanto celebramos ahora en estos ritos sagrados.

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